Dos años de proyecto nos han aportado un enriquecimiento profesional enorme. Cada día ha representado un reto: a nivel local, con nuestra comunidad. A nivel internacional, con los socios partner del proyecto. Un aprendizaje continuo, un tener que superar nuestros propios límites, para ir aun más allá. Y todo un placer.
Sin duda alguna, lo que nos ha resultado más difícil es alcanzar al colectivo diana de esta acción. Hemos realizado mucha difusión, teniendo en cuenta que Colectic no es una entidad local referente por lo que respecta al trabajo con las mujeres (sí por lo que respecta al trabajo con personas migradas, pero nuestra experiencia nos avala principalmente en un ámbito masculino)
Las mujeres que han participado en las acciones desarrolladas por Colectic están poco acostumbradas a permanecer muchas horas dentro del aula formativa, lo que nos ha llevado a tener que planificar muy bien las acciones formativas y darles mucho dinamismo. Además, la conciliación de las acciones con las necesidades personales de las participantes, han resultado extremadamente difíciles: la necesidad de prestar el debido cuidado y atención a los hijos, la conciliación con los horarios escolares y con otras obligaciones familiares han impactado de pleno en el proyecto.
Para dar respuesta a la necesidad de conciliación familiar, hemos desarrollado dos tipos de actuaciones: por un lado, hemos llegado a un acuerdo con una entidad amiga del barrio, Casal dels Infants, que ofrece un servicio de guardería. Algunas de las mujeres han llevado a este servicio a sus hijos no escolarizados para poder acudir a nuestras clases. Sin embargo, no todas las mujeres han confiando en este servicio, así que desde el primer momento hemos tenido que ofrecer una segunda estrategia: un espacio “baby-friendly” que ha permitido la presencia de los más pequeños durante las clases.
Durante el desarrollo de la acción formativa “ informática, lengua y cultura local” hemos visto como las participantes han ido generando más autonomía lingüística y un mejor conocimiento y manejo de la cultura local y europea. También han adquirido competencias tecnológicas que, sin duda alguna, les han abierto nuevos horizontes de aprendizaje.
El desarrollo de las sesiones de méntoring y de empoderamiento ha resultado clave para algunas de las participantes, que han podido profundizar en el conocimiento sobre aquellos temas sobre los cuales, durante el curso, habían manifestado la necesidad de profundizar. Decidimos abordar este trabajo en el último tramo del proyecto para podeer personalizar los itinerarios y ofrecer soluciones concretas a problemas generales.
Hemos utilizado los espacios de méntoring para acercar a las mujeres participantes a diversos servicios y entidades locales, a través de la participación en espacios y recursos públicos (museos, actividades realizadas de forma conjunta con otras entidades locales, recursos para encontrar trabajo, etc.).
Por otra parte, las accciones de empoderamiento nos han permitido explorar necesidades concretas de información y de exploración de recursos generales; nos hemos centrado en temáticas generalistas (cuidado de los hijos, alimentación, salud femenina, búsqueda de vivienda, trabajo, etc.) de la mano de personas expertas y referentes en cada una de las temáticas, abriendo así canales de comunicación y trabajo en grupo que, sin duda, tendrán repercusión en el futuro.
Las actividades textiles (creative workshops) nos han permitido disfrutar de un ambiente de complicidad, de un espacio para compartir y comunicarnos a través del trabajo manual, aunque no hemos conseguido impactar de forma significativa en las mujeres de la comunidad local. Las participantes han conseguido expresarse (sus ideas, deseos, reivindicaciones) a través de su creatividad, connectar con personas de otros lugares y romper las barreras de comunicación aún existentes. Cuando la lengua no es compartida, compartir la creación de un trabajo concreto es una meta más que interesante. Han sido reuniones de trabajo intenso que han permitido hacer florecer lo que las mujeres tenemos en común: deseos y derechos. Para todas las participantes, exponer públicamente sus trabajados durante los eventos organizados en torno al día internacional contra la violencia machista (ya sea en el evento local el 25N por la mañana, o en la gran manifestación general de la ciudad de Barcelona, el 25N por tarde) ha sido motivo de orgullo. También ha sido muy interesante observar cuan orgullosas han estado durante las dos semanas que los trabajos se han expuesto en las paredes de la antigua escuela de Artes de la Ciudad de Barcelona.
Durante estos dos años, hemos trabajado con 160 mujeres diferentes con distinta intensidad, adaptándonos a sus intereses, necesidades y capacidades. No ha sido fácil implementar todos los elementos del proyecto, que es realmente ambicioso, pero estamos orgullosos del trabajo realizado y también de sus consecuencias. Durante este tiempo, Colectic se ha ido situando como entidad referente para el trabajo con y para las mujeres migradas y refugiadas, tanto de cara al colectivo de mujeres como con respecto a otras entidades de la ciudad de Barcelona. Un aprendizaje, un reto, que Colectic no olvidará, porque aunque el proyecto Wemin finalice ahora, sus objetivos y metas, y nuestras energías para abordarlos, persisten.